jueves, 29 de noviembre de 2012

FAMOSAS CONTRA EL CÁNCER

La lucha contra el cáncer es un vuelco que la vida de la persona enferma experimenta. Es triste darse cuenta de lo hermosa que es la vida cuando te dicen que tienes esa pequeña cosa, cuando te pronuncian esa palabra tan temida. Empiezas a valorar más la vida, a verla preciosa y a la vez piensas que te mueres. Tienes tiempo para rendirte, para hacer locuras, para volver a subir como la espuma, ser más fuerte que nadie, volver a caer, tener hambre de vida... En definitiva los días se convierten en un laberinto del cuál no se sabe salir y se vive como en una montaña rusa. 

Miles de personas en todo el Mundo están combatiendo la enfermedad, por todas y cada una de ellas quiero dejar aquí mi granito de arena. Las palabras de ánimo se quedan cortas, pero quiero darles el aliento suficiente para no dejarse caer y que no paren de luchar. Todo esfuerzo tiene su recompensa. 

La firma de belleza GHD organizó ayer en Madrid una gala benéfica en favor de la lucha contra el cáncer. Dejo algunas fotos de las famosas que asistieron al evento:


Alejandra Onieva 


Alicia Sanz


Ana Fernández


Ana Rujas


Berta Collado


Clara Courel


Elsa Pataky


Fiona Ferrer


Lucía Ramos


Luján Argüelles


Virginia Troconis

lunes, 26 de noviembre de 2012

STEP BY STEP

Los años pasan. La vida corre. Los días no se detienen. El tiempo está en un continuo ir y venir. Te das cuenta de quien importa, quien importó y quien nunca importará. Encuentras tu reflejo en otra persona, ese tú que tanto buscaste, que un día tuviste y que otro perdiste. Pero ese alguien que nunca ha dejado de caminar a tu lado. 

Yo que soy impulsiva e impaciente, no inconsciente. Soy precavida, pero no cobarde. Siempre luchadora, nunca belicosa. Soy honesta, sincera y directa, pero no cruel. Siempre preocupada por los que me importan, e incluso prestando atención a los que me dañan, pero no a esos que no aportan nada a mi vida ni a mi alma. Nunca me rindo, aunque en ocasiones pueda parecer inconstante. Soy dulce cuando quiero, pero ácida si me atacan. Ordenada en mi caos y sumamente peligrosa cuando me aburro. 

Yo que he luchado con todo lo que he tenido, he valorado cada día más las cosas, he visto una panorámica distinta de lo que realmente es la vida, lo que nos regala y por supuesto lo que nos quita. He aprendido de los errores y que rectificar es lo más preciado. Una simple palabra o un simple gesto (una pequeña cosa) pueden cambiarte la vida de principio a fin. Sé que no se debe dejar escapar aquello que es vital, aquello que te hace sonreír cada mañana y soñar cada noche. Nunca dejar de ser tú mismo e impulsarte por los sentimientos. He aprendido que es la vida, el día a día y como hay que luchar. 

Al otro lado tú, que nunca me has dejado. Difícil de definirte en un párrafo. Ese verdadero amigo que nunca defrauda, el confidente especial, la persona deseada. Eres todo corazón, bondad, elegancia, saber estar, alegría, dulzura, inquietud. Mi fiel reflejo, aunque nos cueste reconocerlo en ciertos momentos. Eres esa brisa que entra por mi ventana, ese rayo de luz que me alumbra al final del túnel. Tú, y solo tú, sabes lo que significas para mí. Esto solo te lo susurraré al oído, solo tú podrás disfrutar de ese placer. Tú, que con tan solo decirte "hola" ya sabes todo de mí, tú que me hablas con coherencia, madurez y sensatez. No fallas y siempre estás. Que me comprendes y me haces reír. Que siempre me recuerdas que la vida puede ser maravillosa. 

Y ahora que te echo de menos, confieso que nunca lo he dejado de hacer. Abrazaría tu cuerpo en vez de estar escribiendo esto. Te miraría embelesada deseando darte un beso y seguir besándote en la boca, en el cuello. Anhelando que susurres mi nombre, que mi cuerpo esté debajo del tuyo, oír tus suspiros, que nos barnicemos con ese placer que solo nosotros sabemos darnos. Ni siquiera sé si es tarde, a dónde llegaremos, dónde iremos a parar, pero sí sé que te voy a enseñar mis garras. Dispuesta a todo por ti. Luchadora e implacable. Optimista como una niña pequeña que acaba de ver el sol. Comprendiendo que eres la pieza del puzzle que me hace falta para estar completa. 

...Step by Step... 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

MODA PARA HOMBRE

No por ser ellos los que necesitan ropa o quieren ir a la última es menos importante. A todos, tanto hombres como mujeres, nos gusta ir bien arreglados, sintiéndonos cómodos y acorde con nuestro estilo.
Por eso hoy me he atrevido a poner algunos looks masculinos, ya que considero que para ellos también es muy importante saber combinar y sentirse identificados con lo que llevan puesto. Disfruten: 


- Jersey: Mango
- Camisa: Mango
- Vaqueros: Springfield
- Botas: Mango



- Jeans: Zara
- Sudadera: Vespa
- Zapatillas: Adidas



- Jeans: Mango
- Camisa: Blanco
- Cazadora: Mango
- Cinturón: Zara
- Botas: Panama Jack



- Jeans: Mango
- Camisa: Gant
- Jersey: Mango
- Botas: Massimo Dutti
- Abrigo: Mango



- Total look Mango



- Sudadera: Pull&Bear
- Camiseta: Springfield
- Jeans: Zara
- Zapatillas: Zara
- Gorra: Blanco



- Jeans: Mango
- Camisa: H&M
- Cazadora: Mango
- Camiseta: Pull&Bear
- Zapatillas: Converse



- Jeans: Pull&Bear
- Jersey: Pull&Bear
- Zapatillas: Kawasaki

domingo, 18 de noviembre de 2012

OUTFITS WITH SNEAKERS

Las zapatillas con cuña de Isabel Marant se han puesto de moda por todo el planeta. Son una representación de comodidad, del sport más chic y además dan estilo.
En cuanto las vi sabía que quería unas, pero el problema que había era el precio. Las originales cuestan 395€, aunque como siempre indagando por la red se encuentran imitaciones muy buenas. Las compré en Ebay y me llegaron en poco más de una semana, en su caja perfectamente embalada y las zapatillas impecables.



Las elegí en negro porque creo que son más fáciles de combinar con todo y no me iba a cansar tanto de ellas, pero hay muchos más colores. Os dejo algunos looks con diferentes sneakers:









sábado, 17 de noviembre de 2012

ABRÍGATE

Cuando llegan los días de invierno nunca sabemos muy bien como combinar nuestras prendas más calentitas, nos cuesta desprendernos del pijama cada mañana y encontrar algo acorde para ir al trabajo o a clase. Esta temporada vienen pisando fuerte las sudaderas y jerseys, tanto para nuestros outfits más informales como para salir una noche de cena con los amigos o asistir a una fiesta.







Dos looks a partir de una prenda base, la sudadera y el jersey:


- Sudadera: Buylevard
- Camisa: Zara TRF
- Jeans: Blanco
- Trenca: Pull&Bear
- Botas: Ugg


- Jersey: Mango
- Falda: Zara
- Botines: Bershka
- Leotardos: Calzedonia
- Bisutería: Mango
- Abrigo: Mango


Y vosotros, ¿cómo lo combináis? ¿Qué os gusta más sudadera o jersey?

miércoles, 14 de noviembre de 2012

SAL CON UNA CHICA QUE LEE

"Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor, de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela. 

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ello. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se tome pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta. 

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas sé de cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe. 

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Caen en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas a regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar. 

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te lo digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato. 

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llagan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares (la vacilación de la respiración) que acompaña a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo continuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida. 

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza. 

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en la biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio. 

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el armario porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca. 

Encuentra a una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas. 

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos. 

Invítala a otra taza de café y dile que opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella. 

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace. 

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aún así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.

Si te llegas a encontrar a una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son. 

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype. 

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y elle recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas. 

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee. 

O mejor aún, a una que escriba". 

Charles Warnke



Sencillamente mágico, increíble. Sin lugar a duda cada una de las frases del texto es un mundo. Adéntrate en ese universo que es la lectura, refuerza tu interior, crea hábitos de reflexión, goza con cada historia. Régalate tiempo con los mejores libros, verás que apasionante, y atrévete a escribir tus propios relatos.

viernes, 9 de noviembre de 2012

DÍAS DE LLUVIA

Miramos por la ventana, sólo vemos paraguas, atascos de coches, gente corriendo de un lado a otro mientras se intenta refugiar de las pequeñas gotas como puede. Lluvia incesante que cae con fuerza sobre nuestras calles. Son estos días los que nos cambian el ánimo, no queremos salir de nuestro refugio que hemos hecho en el sofá con la manta y, con un poco de suerte, con un buen libro. Pero debemos saber que si no va a dejar de llover, aprendamos a bailar bajo la lluvia.

Lancémonos a la calle, saquemos nuestros looks de agua que están ahora tan de moda y vamos a ponerle una sonrisa a este día gris. Quiénes somos capaces de alegrarnos con la lluvia o admirar la tempestad, somos nosotros. Quiénes se echan a llorar bajo un sol espléndido o un cielo maravilloso, somos nosotros. Porque no son los días los que nos dan color. Somos nosotros quienes podemos pintar cada día como deseemos. Los mejores colores de la vida están siempre dentro de nosotros mismos. Solo tenemos que encontrarlos.

Dejo algunos looks para los días de lluvia: 



- Jeans: Zara
- Jersey: Blanco
- Trench Capa: Blanco




- Blazer: Blanco
- Legging: Mango
- Jersey: Topshop
- Botas: Hunter
- Foulard: Mango





- Falda: Blanco
- Medias: Calzedonia 
- Camisa: Blanco
- Parka: Zara


Que paséis buen fin de semana, y no os olvidéis de bailar bajo la lluvia!

jueves, 8 de noviembre de 2012

Quien tiene una idea debe llevarla a cabo

Y bajo ese lema nace mi blog, esta nueva parte de mí que pasará a formar parte de mis días y que, si vosotros queréis, también será un trocito de los vuestros. 
Mi propósito no es otro que poder dar rienda suelta al estallido de reflexiones que pasan a diario por mi cabeza, que vuelan en mi interior y que desde hace tiempo quería plasmar en papel. Como parece ser que ahora el papel ya se ha quedado demasiado anticuado me he lanzado a esta nueva aventura que espero que sea del agrado de todos. Podremos encontrar temas diversos, de todo tipo, incluidas sesiones de moda, de la cual me siento una apasionada, y últimas tendencias.

¿Por qué "Al final de mi pasillo"? No hace mucho tiempo, mientras vagamente leía unos artículos de una conocida revista, topé con "Al final del pasillo hay una ventana". Resulta que poco después, y sin que yo me enterase, ese artículo se hizo famoso, llevándose de tal modo a la cabecera de un libro popular. A mi, ese artículo me chocó de una manera que pocas veces había sentido, causó dentro de mi un relampagueo y me hizo despertar. No es más que al final del pasillo es donde surgen las mejores historias, los mejores pensamientos y se desarrolla una vida paralela en la que las únicas confesiones se las haces a las paredes que te protegen. 

Eso mismo es lo que pretendo conseguir en este blog, algo paralelo al mundo desordenado que hay fuera. Algo divertido donde la mente y el corazón se sientan libres.