Al final de mi pasillo: CAPODANNO

En un melancólico 31 de diciembre dedico unos minutos para hacer un balance interior. Siempre cuando se aproximan estas fechas en el calendario siento la necesidad imperial de recapacitar, de echar un vistazo hacía detrás y ver lo acontecido en el año, pero resulta que no están siendo épocas fáciles. Me gustaría dedicar una línea a cada uno de vosotros, pero va a ser imposible ya que sois muchos los que tenéis una pequeña parcela en mi corazón. Con todo el respeto me voy a centrar en dos personas: la que está y la que se marchó.

Empecemos por la que se fue para no volver, la que nos dejó aquel día y decidió hacer otra vida lejana de este lugar. Me gustaría saber cómo te va, qué piensas, qué sientes, si se han cumplido tus sueños. Son tantas las veces que intento hablarte, que he perdido hasta la cuenta, y por más que grito no me sirve de nada. Nadie se imagina lo que daría por un ratito contigo, tener una de nuestras charlas que tanto me animaban, esos buenos consejos que siempre estabas dispuesto a darme o cuando me mirabas con esa cara diciéndome "pequeña, está loca". Ojalá pudieran volver cada uno de esos instantes. Aunque por suerte o por desgracia jamás será así, al menos por ahora. Aquí todo sigue igual, bueno, igual no, pero casi. Estarías orgulloso de ver mi evolución, de los pasitos que día a día voy dando, de todo lo que estoy consiguiendo por mí misma. Pero debo decirte que nada está siendo fácil, no regalan las cosas, y estoy luchando como una campeona por conseguir aquello que deseo. Siempre me decías que siguiese por ese camino, que algún día lo lograría y aunque a veces se me acaben las fuerzas, ahí estoy, sin rendirme. Tan solo me queda pedirte que pases un Feliz Fin de Año, nosotros intentaremos hacer lo mismo. No olvides que cuando mire a la luna es porque te estoy hablando.

Llega el turno de continuar con la persona que está aquí, no a mi lado, pero aquí. Jamás sabría cómo empezar a escribirte algo, ni siquiera sé comenzar estas líneas, me gustaría enfocarlo desde varios puntos de vista, pero sé que tampoco puedo hacerlo aquí. Podríamos decir que el 2012 ha sido un año difícil para mí, de encuentros y desencuentros, de cambios, y bonito para ti, donde te has encontrado como persona, has madurado y has aprendido a vivir. Orgullosa estoy de otro año más a tu lado, de otro año cuidándote, intentando hacerte feliz, dándote pequeñas cosas que te hagan ver los días de diferente color. No puedo olvidar recordar quién eres, esa persona maravillosa de gran corazón que vela por el bienestar de todos los que tiene a su lado. Y si hay algo a destacar es que los años te hacen ser más grande, por dentro y por fuera. Aquí me hallo, con una gran sonrisa, recordando tu mirada, la forma en la que te ríes, cuando me enfadas de broma, lo guapo que sales en las fotos, tu pelo, tus gestos, tu cuerpo. Eres lo que mucha gente sueña, lo que yo sueño. Probablemente sea el momento adecuado para darte las gracias por todo lo que haces por mí, por ser tan buen amigo, por el tiempo que pasamos juntos y por el que nos queda por pasar. Y aprovecho para decirte que en el año nuevo no quiero otros besos, ni otros abrazos, ni otra voz a la que hablarle, ni otra mirada. No quiero otros sueños porque me gusta lo que sueño contigo. Si le doy rienda suelta a mi corazón tan sólo puedo decirte que me gustaría pasar contigo todos los momentos especiales de mi vida y que te quiero como no he querido nunca a nadie. No olvides que tu sonrisa me hace más grande, que tu felicidad se proyecta en mí y que el próximo año viviremos todas las cosas que todavía nos quedan por caminar.

A los demás deciros que estoy encantada de teneros en mi vida, gracias por los momentos que me regaláis y lo mucho que me soportáis. No hace falta recordaros que siempre estaré ahí para lo que necesitéis, un hombro para llorar o una conversación para reír. Deseo de todo corazón que cada uno de vosotros seáis felices, y aunque sé que para muchos este 2012 no ha sido nada fácil estoy orgullosa de como habéis afrontado los problemas.

Respecto a mí solo me queda decir que siempre estaré ahí, superándome cada día, con la típica sonrisa que me caracteriza y esperando que el 2013 me depare como poco lo que me ha traído el 2012, los pequeños detalles que me han hecho continuar. Seré mujer fuerte y luchadora, eternamente feliz.

Que todos seáis felices, siempre Irene con vosotros. Os quiero

* Por último no me gustaría despedirme sin dejar algunos looks para esta noche tan especial y recibir el año nuevo como os merecéis, elegantes: